El bullying siempre ha estado presente en los centros educativos y en los diferentes círculos sociales. Sin embargo, con la irrupción de las redes sociales, se ha convertido en un tema que despierta la preocupación de los padres y de la sociedad en general. Esto se debe a que ya se han conocido casos que han tenido consecuencias fatales, donde la persona afectada ya no pudo soportar más la situación. Por estas razones, es importante analizar el ciberacoso y sus repercusiones en la vida real.
En un principio, el término bullying se utilizó para definir un evento extraordinario, una anomalía que ocurría en las escuelas y buscaba desvincularse del mundo de los adultos. Pero el problema surge de la violencia que todo ser humano es capaz de manifestar, y que forma parte de su historia. Es algo que ha sido estudiado por especialistas en el campo de las ciencias sociales, saliendo a la luz desde finales del siglo X como una conducta recurrente. Ahora que se reconoce y se considera inadmisible, los casos despiertan un gran interés público.
Aunque en un principio su concepto se circunscribía al acoso escolar, y consistía en el acoso e intimidación repetitivos realizados por él o los agresores. En la actualidad, Internet y especialmente las redes sociales han visto aparecer el ciberacoso. De esta forma, personas de todas las edades son víctimas de diferentes tipos de agresiones psicológicas. Los cuales tienen la capacidad de deteriorar tu salud en todo el sentido de la palabra, ya que representan tu humillación y destruyen tu autoestima, afectando tu mente que luego afecta el cuerpo.
En su mayoría, las víctimas suelen ser adolescentes cuyas edades oscilan entre los doce y los diecisiete años. Asimismo, las mujeres son las más propensas a experimentar estos ataques. Se trata de insultos, diatribas, maltratos y amenazas que se materializan en mensajes de texto, audios, fotos y videos. Provocando el sufrimiento de millones de jóvenes de diferentes países, que tienden a desarrollar trastornos como la depresión, que luego pueden conducir al suicidio.
Por lo tanto, las posibles repercusiones del ciberacoso en la vida real son alarmantes. No estamos hablando sólo de un deterioro generalizado de la salud del individuo. Más bien es un reflejo del nivel de violencia que caracteriza al mundo actual, y de la falta de sensibilidad que tienen las nuevas generaciones al respecto. Además, debe convertirse en un motivo para dejar de lado el discurso del odio que siempre ha formado parte de la sociedad. Cuando exista discriminación por razón de género, religión, orientación sexual o raza.
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